domingo, 15 de marzo de 2015

El Nacional - De moda en Barcelona

Había leído mucho sobre El Nacional. El proyecto es enorme y su inauguración fue muy mediática. El apartado del márquetin lo tenían aprobado con nota, el tema era comprobar la calidad de la comida. Os seré franco, mi visita fue fugaz, unas tapas entre reuniones que seguro no son suficiente para crear una opinión, pero es lo que hay.



Para los que no lo conocéis, El Nacional es un espacio gastronómico muy grande situado en una especie de lonja donde se puede escoger entre diferentes propuestas. La Llotja, un restaurante de pescado, La Paradeta, con platos “delicatesen” rápidos, La Braseria, dedicado a la carne y por último, el que probé en este caso, La Taperia. Además ofrece cuatro barras de ostras, cerveza, vinos i cócteles. 




El sitio es muy bonito aunque algo ruidoso y siempre concurrido. Olvidaros de comer o cenar con calma, sobretodo en fin de semana.

Vamos con La Taperia. Carta con tapas de todo tipo y un sistema de servicio curioso. Dependiendo de la hora, pides a la carta o has de escoger entre lo que van sacando, y cantando, los camareros en cada momento. A mi no me convence. La verdad, prefiero escoger lo que quiero comer sin historias.


Lo primero en este caso fue, una cañita. La sirven en un original vaso que demuestra la importancia del diseño en este lugar.



Para comer dos tapitas (os dije que la visita fue fugaz), un tombet mallorquín y unas croquetas de jamón. Comida correcta sin más, y si añadimos el precio a la ecuación, el resultado suspende.


1 caña + tapa de tombet + tapa de croquetas + postre + café = 25 euros

Dejo el postre para el final y la verdad es que es lo único que llamo mi atención junto con el vaso de la cerveza. Tomé un pionono, especialidad de Granada. 


Un bizcocho bañado en almíbar con yema quemada encima i un poco de nata. Tremendo! Me encantó aunque, en general, el precio y el “estrés” de tanta gente creo que pesaran a la hora de repetir.

1 comentario:

  1. Yo estuve visitándolo hace poco, era después de comer y apenas tuvimos tiempo para dar una vuelta. El lugar me gustó, no estaba demasiado lleno y el ambiente era agradable. Pensábamos ir cualquier día a tomar unas tapas, pero después de lo leído, no se, no se. Abrazos

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