Hoy nos vamos de viaje. Figurado, claro, yo no puedo de otra
manera pero quizá tu tengas unos días libres y estés buscando un destino para
escaparte.
Te propongo visitar una zona gastronómicas fascinante y
especialmente recomendable en otoño. Al norte de Italia se encuentra la región
del Piamonte, capital, Turín. A 50 quilómetros al sur de esta ciudad
encontramos Alba, nuestro destino de hoy.
No te engaño, Alba no es una ciudad especialmente bonita,
pero amigo, aquí no venimos para hacer fotos, venimos a comer y beber! Vamos
con los tres elementos que titulan este artículo.
La trufa blanca
La joya de la corona de este viaje gastronómico. De entre
las trufas, la blanca de Alba es una de las más apreciadas en todo el mundo.
Crece bajo los arboles de los bosques de la zona entre octubre y diciembre.
Para localizarlas se utilizan perros adiestrados de tres razas, el lagotto
romagnolo, el bracco italiano o el chucho. Y olvídate, claro esta, de que
ningún campesino local te explique donde ir a buscarlas. Las mejores zonas son
secreto de estado. La razón, su precio. En una subasta celebrada en el año
2009, un cliente de Hong-Kong pagó 98.000 euros por un ejemplar de 750 gramos.
Una locura. Los perros más efectivos también se valoran en miles de euros.
Para vivir toda la intensidad de este mundo, precisamente
estos días, se celebra la Fiera Internazionale Tartufo Bianco d’Alba. Del 12 de octubre al 17 de noviembre
encontrarás actividades, exposiciones, oferta gastronómica, actividades
culturales, etc.
Durante el resto del año, la trufa también es protagonista
en toda la ciudad. Las tiendas especializadas son dignas de ver. Me recuerdan a
las mejores joyerías pero en lugar de diamantes, en la vitrinas se exponen,
trufas.
Género en una tienda de trufas de Alba |
Evidentemente uno de los momentos del viaje será el que te
lleve a una mesa a degustar este producto. Las opciones son muchas. Se puede comer cruda, espolvoreada o rallada
sobre un risotto o pasta fresca. Te la rallaran al momento sobre una
balanza de precisión y luego.. al plato. También acompaña a la perfección un buen capón o
platos con ternera, e incluso a una buena langosta.
En Alba hay muchos restaurantes, yo por mi experiencia te
recomiendo uno. El restaurante Enoclub situado en una cava con un menú magnifico y una amplia carta de vinos.
Comedor del Enoclub |
Este viaje requiere presupuesto. Te acuerda lo que te he
explicado de los precios de la trufa, verdad? Si vas sobrado te propongo otro
restaurante. Este, de mucho nivel. Me lo citó Guillem Marquet, de la Gourmeterie Marquet en Andorra, en una entrevista
cuando le pregunté por el restaurante que recuerda de manera más especial. La Ciau del Tornavento, a pocos quilómetros de Alba. Es impresionante. Si tienes
pasta, mírate su web y te convencerás.
La Ciau del Tornavento |
El vino
La segunda razón para visitar Alba. La zona en general es
muy rica en viñedos y bodegas con alguna de las varietales más míticas de los
vinos italianos. La zona de Cuneo es la cuna del Barolo, para muchos el mejor
vino de Italia. La uva que se utiliza en su elaboración se llama Nebbiolo y las
parcelas se encuentran en zonas de espectaculares de mucha pendiente. Tienes
que conducir por esas carreteras. Descubrirás unos paisajes sensacionales.
Viñedos en Langhe, Piamonte |
También de la zona la Barbera d’Alba, o el Dolcetto d’Alba. Si eres de vinos dulces, en el Piamonte se produce el famosos Moscato d’Asti. Te encantarà.
En Alba te recomiendo una tienda pequeñita, en el centro, donde encontraras todo tipos de la zona y del resto de Italia. El personaje que
la regenta sabe mucho y además, si quieres, te envía la compra a casa. Se llama
Enoteca Grandi Vini.
Y la Nutella?
Es verdad. La Nutella. Para cerrar el viaje vamos con
otra de las cosas más famosas de Alba.
Aquí se inventó la Nutella. A mediados
de los años 40,los impuestos sobre los granos de cacao motivaron que se
buscaran fórmulas para bajar el precio del producto. El resultado fue la
Gianduja una mezcla a partes iguales de avellanas i chocolate. En 1946, Pietro
Ferrero, pastelero de Alba vendió la primera “Pasta Gianduja” que,
originalmente era sólida. En 1951 ya comercializaba la versión cremosa que en
1963 fue bautizada como Nutella por el hijo de Ferrero, Michele.
El primer tarro de Nutella salió de la fábrica de Alba el
20 de abril de 1964.
Trufa blanca, barolo, grandes restaurantes, viñedos
espectaculares y Nutella. Te escapas a Alba?
No hay comentarios:
Publicar un comentario